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Lo que acaba como un gangbang con doble penetración en el despacho del entrenador, no empezó tan bien… Los chicos han hecho un agujero en la pared que da al vestuario de las chicas con la intención de convertirlo en un glory hole. Cuando una de ellas descubre una polla, en lugar de metérsela en la boca, quiere arrancarla de allí… Por suerte, todo acabó en un polvazo bestial.