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Esta alemana gordita tenía muchas ganas de tener un orgasmo y, paseando por la calle, se encontró una tienda de sexo en la que hay un glory hole. No lo dudó a ver si tenía suerte y su sorpresa fue enorme al encontrarse con dos rabos negros, enteros para ella. Se los comió y los cabalgó hasta que le tembló el cuerpo.