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Empezamos a creer que lo de las clases particulares de guitarra era una excusa absurda para estar a solas con el amigo de su hermano, que la vuelve loca desde siempre. No se quitan las manos ni las bocas de encima, y la joven morena acaba con el culo bien abierto a pollazos tras una larga y placentera sesión de sexo oral. Desde luego mucho mejor que aprender a tocar la guitarra.